miércoles, enero 24, 2007

El arte del engaño

Premio Clarín de novela 2006, Arte Menor no fue tan bien recibido por el público como se esperaba, sobre todo considerando el boom de ventas de su antecesor, Las viudas de los jueves, que todavía no se cansa de vender y vender y sigue encabezando listas.
El libro, de Betina González, tiene a favor que es llevadero, ameno y de lectura rápida. Pero adosado inevitablemente a eso llega su punto más flojo: es rápido a costa de ser demasiado corto. Al punto que no se sabe si es un cuento largo o qué. Tampoco digo que sea un La Guerra y la Paz, pero un poco más extenso podría haber sido. Al menos para indagar un poco más en la vida de los personajes que son tan interesantes y tan ricos. La historia da para muchísimo más, podría haber sido infinitamente más elaborada y no dejar ese sabor a poco que nos queda cuando la terminamos, unas cien páginas después de haberla comenzado.
La historia nos habla de un artista frustrado, Fabián Gemelli, que habiendo abandonado a su familia años atrás muere en un accidente. Una de sus hijas, narradora del relato, decide investigar quién fue realmente su padre, y lo hace a través de las obras que pudo haber dejado. Comienza así una especie de búsqueda del tesoro por la que pasarán amantes y amigos de su padre, que le irán pintando facetas muy distintas de la personalidad del artista. Un historia de simulación y engaño, de búsqueda y abandono. ¿Cuál era el arte que mejor manejaba Fabián Gemelli?
La novela está escrita de manera muy correcta, prolija, con segmentos interesantes, párrafos bien logrados y secuencias originiales. No aburre, pero tampoco maravilla. Ideal para la playa.

Como diría una amiga, "muy de taller literario". Demasiado.

[ Sobre "Arte menor", de Betina González ]